Al
momento de participar en el emprendimiento de un proyecto, montar un negocio o
adquirir una franquicia, bien sea como inversionista capitalista, socio u
operador del negocio, siempre es necesario realizar la valoración del proyecto.
La
importancia de valorar un proyecto radica en que es la mejor manera de estimar
el precio correcto que se debe pagar por participar o adquirir dicho negocio en
un ambiente de competitividad y libre mercado, entendiéndose esto como la
posibilidad de tener toda la información necesaria y considerar todas aquellas
variables que tendrán un impacto sobre el desarrollo del negocio para así poder
calcular el precio o valor de entrada.
Los
resultados que se obtengan de la valoración del proyecto son fundamentales para
la toma de decisión, porque permite establecer que oportunidades de mejoras se
pueden presentar, como generar valor a los recursos que se van a invertir,
modificar la idea que se tiene planteada o sencillamente desistir de la misma
si esta no es rentable.
La
valoración del proyecto forma parte del plan global, también conocido como el
plan de negocios, en el cual se deben plasmar distintos enfoques del negocio
que se desea realizar. Igualmente la
valoración del proyecto forma parte del presupuesto de inversiones, debido a
que nos ayuda a determinar todo lo requerido para la puesta en marcha del
negocio, desde maquinaria, infraestructura, investigación hasta la capacitación
de personal, entre otros aspectos.
Ahora
bien, ¿cómo se puede realizar la valoración de un proyecto?
Para
ello es necesario contar con toda la información disponible del negocio en sí,
lo que permitirá elegir variables de mayor sensibilidad sobre los posibles
resultados del negocio, como por ejemplo volumen de ventas, costos, impuestos o
precios, para determinar los flujos de caja futuros. Una vez obtenidos estos flujos se aplicará
una tasa de descuento, conocida como costo de oportunidad del capital la cual
puede variar dependiendo del tipo de negocio, para luego obtener la estimación
del valor del proyecto en términos actuales, dividiendo los flujos futuros
entre la tasa de descuento, este método es conocido como el descuento de flujo
de caja o valor presente neto, el cual es el más utilizado.
Existen
otros métodos de valoración, como el de transacciones comparables, factores de
mercado, potencial de utilidades, valor económico agregado, entre otros.
El
resultado que se obtenga de la valoración, es decir el valor presente neto,
debe ser mayor a cero para que se pueda tener incentivos de realizar la
inversión, porque significa que estaría generando valor agregado a su
patrimonio con la decisión de participar en el mismo.
El
proceso de valoración puede verse como algo simple o muy subjetivo, debido a
que como se dice “el papel aguanta todo” y se puede convertir un proyecto no
rentable en uno rentable, por lo tanto el éxito de la valoración se basa en
considerar las variables correctas, tomar una tasa de descuento que se ajuste a
la realidad económica del sector y realizar diferentes simulaciones que
permitan obtener distintos enfoques para realizar una mejor toma de decisión.
Hoy
en día en el mercado existen distintas herramientas tecnológicas que ayudan con
este proceso, igualmente es recomendable que a la hora de evaluar un negocio se
apoye en un experto en el tema que le brinde asesoría en el diseño del proyecto,
proceso de valoración y le ofrezca opiniones objetivas que generen valor a su
decisión.
RDS
@rduartesandoval
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