En un escrito anterior les comentaba los pasos a seguir para tener un mejor manejo de nuestras finanzas personales, para lograr este objetivo debemos enfocarnos en cada uno de ellos, el primero es determinar nuestro nivel de ingresos y egresos actuales.
Los ingresos es el rubro más fácil de identificar ya que generalmente lo obtenemos a través de nuestro sueldo, honorarios, cobro de utilidades y bonificaciones (si aplica). Sin embargo a veces dejamos de incluir otros ingresos con los que contamos, como por ejemplo el saldo de la caja de ahorros y fideicomiso (los cuales solicitamos con cierta frecuencia), los intereses bancarios y los ingresos extraordinarios.
En cuanto a los egresos, generalmente identificamos y agrupamos los rubros más comunes, como gastos de alimentación, renta, servicios básicos y pagos de deuda. Sin embargo, si realizáramos una conciliación de nuestras cuentas estoy seguro que siempre tendríamos un monto que no nos cuadraría, el cual se origina por aquellos gastos diarios los cuales generalmente son menores y no controlados, pero que tienen un fuerte impacto en nuestras finanzas y en algunos casos son la causa principal de aquellas frases muy comunes como “la plata no me alcanza”, “¿en que gaste el dinero que acabo de retirar del cajero?”, entre otras.
Por esta razón debemos enfocarnos en determinar cuáles son nuestros egresos reales, así que los invito a anotar con el mayor nivel de detalle todos aquellos gastos que realizamos de manera diaria, en una libreta, agenda o en Excel (recomendable). Al principio puede resultar ser una tarea un poco incomoda, pero créanme que es muy útil, después de que generamos el hábito de realizarla de manera rutinaria en un período de un mes, al final obtendremos muchas oportunidades para mejorar nuestras finanzas personales al poder identificar en que hemos estado gastando nuestro dinero.
En una próxima entrega, trataré el siguiente paso “Determinar y evaluar nuestro patrón de consumo actual”.
RDS
Blog de Inversiones, Finanzas Personales, Mercados, Emprendimiento y más...
febrero 25, 2010
febrero 17, 2010
Las Finanzas Personales
La dinámica económica actual nos indica que estamos en la obligación de prestar más atención sobre el uso de nuestros recursos. Ese flujo de dinero constante o irregular que percibimos tiene un origen claramente definido, es el producto de la contraprestación de nuestros servicios y, un destino que muy pocas veces lo podemos definir claramente, ya que el mismo se dispersa entre las múltiples obligaciones contraídas con anterioridad. Esta situación nos hace plantearnos dos interrogantes, ¿en qué se está gastando el dinero? y ¿cómo se hace para mejorar esta situación?.
Generalmente la situación se puede solucionar momentáneamente, si se obtiene un incremento salarial o sí se logran generar ingresos adicionales producto de un trabajo ocasional. En algunos casos se piensa en recortar los gastos, pero igualmente estas son medidas temporales, ya que el mismo entorno nos lleva a no poderlos disminuir.
Estas soluciones por si solas son pañitos de agua caliente, porque debemos recordar aquel dicho que dice “mientras más se gana, más se gasta”, por lo tanto, la mejor forma de mejorar esta situación permanentemente y conseguir beneficios en el largo plazo, es enfocándonos en el manejo de nuestras finanzas personales, definiendo estas como el análisis y planificación de nuestros ingresos y egresos en distintos horizontes de tiempo, con la finalidad de optimizar el uso de nuestros recursos (generalmente escasos) y obtener una mejor calidad de vida. Para ello debemos recorrer los siguientes pasos:
1. Determinar nuestro nivel de ingresos y egresos actual
2. Determinar y evaluar nuestro patrón de consumo actual
3. Evaluar nuestro entorno
4. Definir que queremos lograr
5. Establecer metas realizables por plazos definidos y
6. Establecer nuestro plan financiero
Estos seis pasos suenan sencillos de cumplir, sin embargo requieren de un cambio en nuestro enfoque de pensamiento y de disciplina en nuestra forma de actuar, para poder lograr una mejor administración de nuestras finanzas personales.
En próximos escritos desagregaré cada uno de estos pasos para brindar un mejor apoyo en el establecimiento de un plan financiero personal/familiar.
RDS
Generalmente la situación se puede solucionar momentáneamente, si se obtiene un incremento salarial o sí se logran generar ingresos adicionales producto de un trabajo ocasional. En algunos casos se piensa en recortar los gastos, pero igualmente estas son medidas temporales, ya que el mismo entorno nos lleva a no poderlos disminuir.
Estas soluciones por si solas son pañitos de agua caliente, porque debemos recordar aquel dicho que dice “mientras más se gana, más se gasta”, por lo tanto, la mejor forma de mejorar esta situación permanentemente y conseguir beneficios en el largo plazo, es enfocándonos en el manejo de nuestras finanzas personales, definiendo estas como el análisis y planificación de nuestros ingresos y egresos en distintos horizontes de tiempo, con la finalidad de optimizar el uso de nuestros recursos (generalmente escasos) y obtener una mejor calidad de vida. Para ello debemos recorrer los siguientes pasos:
1. Determinar nuestro nivel de ingresos y egresos actual
2. Determinar y evaluar nuestro patrón de consumo actual
3. Evaluar nuestro entorno
4. Definir que queremos lograr
5. Establecer metas realizables por plazos definidos y
6. Establecer nuestro plan financiero
Estos seis pasos suenan sencillos de cumplir, sin embargo requieren de un cambio en nuestro enfoque de pensamiento y de disciplina en nuestra forma de actuar, para poder lograr una mejor administración de nuestras finanzas personales.
En próximos escritos desagregaré cada uno de estos pasos para brindar un mejor apoyo en el establecimiento de un plan financiero personal/familiar.
RDS
febrero 10, 2010
El valor del dinero en el tiempo
Este concepto fundamental de las finanzas nos indica, la preferencia que tienen un inversionista por recibir una cantidad determinada de dinero el día de hoy, a cambio de recibir la misma cantidad en un tiempo futuro, considerando las variables de tasas de interés, inflación y por supuesto el costo de oportunidad - ¿qué vamos a hacer con ese dinero que recibimos hoy?.
En una economía inflacionaria como la nuestra, siempre vamos a escuchar que no es posible tener ahorro, debido a que las tasas de interés son “reales negativas”, por ser la inflación mayor a las tasas pasivas, razón por la cual tenemos una preferencia por consumir todo hoy y no por el ahorro a futuro.
Sin embargo, tenemos diversas alternativas sobre qué hacer con el dinero hoy, pensando en nuestro interés futuro. Por un lado, si nuestra prioridad no es su revalorización, tenemos la opción de dejarlo en el banco como previsión a una necesidad de liquidez o destinarlo a anticipar consumo corriente. Por otro, si nuestro objetivo es multiplicar esos recursos, podemos escoger entre la compra de algún bien productivo o identificar alternativas de ahorro distintas a la retención de dinero en cuentas bancarias, tales como invertir en instrumentos financieros.
La diferencia?, si se opta por alguna de las dos primeras opciones, sin duda alguna el dinero habrá perdido su potencial valor en el tiempo, porque no se ha hecho uso productivo del mismo; pero, si decidimos ahorrarlo o invertirlo productivamente, el beneficio a futuro será mayor.
El ahorrar sistemáticamente una parte de nuestros recursos y colocarlo a una tasa de interés bajo la modalidad de reinversión, permitirá que con el tiempo nuestro dinero se multiplique y nos podamos convertir en pequeños inversionistas. Por el contrario, mientras menos ahorremos, la capacidad de generar recursos en el largo plazo será prácticamente inexistente.
RDS
En una economía inflacionaria como la nuestra, siempre vamos a escuchar que no es posible tener ahorro, debido a que las tasas de interés son “reales negativas”, por ser la inflación mayor a las tasas pasivas, razón por la cual tenemos una preferencia por consumir todo hoy y no por el ahorro a futuro.
Sin embargo, tenemos diversas alternativas sobre qué hacer con el dinero hoy, pensando en nuestro interés futuro. Por un lado, si nuestra prioridad no es su revalorización, tenemos la opción de dejarlo en el banco como previsión a una necesidad de liquidez o destinarlo a anticipar consumo corriente. Por otro, si nuestro objetivo es multiplicar esos recursos, podemos escoger entre la compra de algún bien productivo o identificar alternativas de ahorro distintas a la retención de dinero en cuentas bancarias, tales como invertir en instrumentos financieros.
La diferencia?, si se opta por alguna de las dos primeras opciones, sin duda alguna el dinero habrá perdido su potencial valor en el tiempo, porque no se ha hecho uso productivo del mismo; pero, si decidimos ahorrarlo o invertirlo productivamente, el beneficio a futuro será mayor.
El ahorrar sistemáticamente una parte de nuestros recursos y colocarlo a una tasa de interés bajo la modalidad de reinversión, permitirá que con el tiempo nuestro dinero se multiplique y nos podamos convertir en pequeños inversionistas. Por el contrario, mientras menos ahorremos, la capacidad de generar recursos en el largo plazo será prácticamente inexistente.
RDS
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
