octubre 31, 2012

¿Cuántos activos debo tener en mi portafolio?


Antes de responder esta pregunta vamos a definir primero el concepto de portafolio.  Generalmente es la denominación que se le da al conjunto de inversiones que se tiene en instrumentos de inversión manejados por cuenta propia o por un tercero. 

En esta oportunidad no lo limitaremos únicamente a instrumentos de inversión, sino más bien lo vamos a ampliar a todos aquellos activos que generan un rendimiento que contribuye con el crecimiento del patrimonio.

Siendo así, hay que identificar cuales son aquellos activos que aportan este beneficio y buscar cuantificar su rendimiento.  Por naturaleza, el primero que se acostumbra listar es la vivienda, si bien es cierto que contribuye con el patrimonio y puede ser el que aporte el mayor monto y rendimiento en economías inflacionarias, lo recomendable es no colocarlo ya que este cubre una necesidad básica y no se va a liquidar una parte del mismo para realizar la ganancia o cancelar alguna deuda.

Por lo tanto, lo ideal es identificar aquellos activos que generen algún ingreso, si se trata de una vivienda que se tiene en alquiler, ese sí se debe colocar, por ejemplo.

No hay un número ideal de activos a tener dentro del portafolio, a simple vista se pudiera decir que mientras más activos se tengan será mejor, lo que es conocido como la diversificación.  Esta estrategia es buena, siempre y cuando no se atomice mucho la inversión, es decir, se tengan muchos activos con montos pequeños de inversión.

En este caso, es mejor focalizar las inversiones con una distribución que usted pueda atender y entender el negocio en el que está invirtiendo, si son muchas probablemente alguna se descuida y se corre el riesgo de perder de vista el desempeño y por ende los resultados pueden no ser favorables.

Lo ideal es tener un punto intermedio, es decir, realizar una asignación de activos en distintas áreas con una diversificación prudente, que le permita tener liquidez, rendimiento y un riesgo controlable.

Como ejemplo, presentamos la conformación de un portafolio:  
Liquidez:

Frase del Día

“Cada cosa lleva a otra, que a su vez conduce a otra. Si te concentras en hacer la más pequeña, luego la siguiente y así sucesivamente encontrarás que logras hacer las más grandes cosas, habiendo hecho sólo las pequeñas.” John Weakland

octubre 30, 2012

Las fluctuaciones del mercado, ¿cómo manejarlas?


Esta es la pregunta correcta ya que las fluctuaciones del mercado siempre existirán.  La única opción que tenemos como inversionistas es buscar la mejor manera de manejarlas, con la finalidad de que no afecte considerablemente el patrimonio invertido.

No hay una respuesta única, ni una receta infalible, pero si se pueden seguir algunos pasos que ayudarán a manejar esos momentos y buscar obtener lo mejores resultados posibles, pero hay que tener presente que esto dependerá del perfil del inversionista y de la actitud que tenga ante una situación dada.

Todo inversionista debe estar consciente de que existe una posibilidad determinada de que el rendimiento pueda verse afectado en algún momento, para ello tiene que existir una preparación financiera y psicológica.

La preparación financiera obedece no sólo al grado de conocimiento que se tenga sobre los productos e instrumentos que hay en el mercado, sino también conocer cuales son los límites existentes para enfrentar una probable pérdida, ¿cuánto está dispuesto a perder?. 

En cuanto a la preparación psicológica, esta se refiere a la reacción que tenga la persona ante los eventos, los cuales por naturaleza pueden llevarlo a tomar decisiones impulsivas que pueden no ser las mejores, tanto al momento de hacer o deshacer una inversión.

Las fluctuaciones del mercado existen como

octubre 29, 2012

Educación Financiera y Finanzas Personales


La Educación Financiera ha tomado mayor relevancia en los últimos años, debido a la necesidad de saber como manejar la situación financiera personal y familiar en el entorno económico actual.

El objetivo es enfrentar los movimientos de la economía que afectan nuestro poder adquisitivo, la capacidad de ahorro y por ende la calidad de vida, entre otros aspectos, con los recursos financieros que se tienen, los cuales por definición son generalmente limitados.

De acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE),  la Educación Financiera es “el proceso mediante el cual los individuos adquieren una mejor comprensión de los conceptos y productos financieros y desarrollan las habilidades necesarias para tomar decisiones informadas, evaluar riesgos y oportunidades financieras, y mejorar su bienestar financiero”.

Partiendo de esta definición, la Educación Financiera tiene un rol fundamental en el desarrollo de la sociedad y de la economía.  Por esta razón se han orientando los esfuerzos hacia la inclusión de este tema en distintos ámbitos, incluso desde temprana edad, con el objetivo de que el concepto sea asimilado con mayor eficiencia y permita que cada persona actuando como ahorrista o inversionista, identifique las oportunidades que se presentan en el mercado y pueda obtener excelentes beneficios financieros futuros.


La Educación Financiera repercute directamente sobre las Finanzas Personales, ya que no se trata de ofrecer sólo oportunidades de inversión que permitan generar ingresos adicionales en un corto plazo, se trata más bien de bridar un amplio abanico de conocimientos que tengan una mejor aplicabilidad en el contexto de la economía actual, aterrizando aquellos conceptos académicos de fundamentos de finanzas, economía, riesgos, contabilidad, capital de trabajo, inversión, entre otros, que en su conjunto provean de herramientas que permitan tener un  mejor y mayor entendimiento del manejo de las finanzas personales y familiares.

El gran reto en este sentido es acortar la brecha existente entre el tema financiero y la percepción de que se trata de un asunto abstracto, complicado o aburrido que se debe dejar sólo para algunos especialistas.

La realidad es completamente distinta, el manejo de las finanzas personales debe partir con la implementación adaptada a la realidad económica actual de elementos fundamentales de las finanzas como: el manejo de las deudas, el proceso de ahorro e inversión, el uso del presupuesto, del flujo de caja y la planificación financiera., temas que serán tratados el próximo 20 de noviembre por SDF Consult en el Curso de Finanzas Personales – Clave para el Bienestar Personal y Familiar, el cual será dictado en la ciudad de Panamá.  Puede ver los detalles del curso haciendo click aquí.

RDS
@rduartesandoval

octubre 25, 2012

El Equilibrio en la Inversión


Hay un dicho que expresa que “todo en exceso hace daño”, el cual es aplicado a todo y las finanzas personales no están ajenas a esto, todo lo contrario, si se excede en algún manejo las consecuencias pueden ser muy graves.

La idea de todo inversionista es, obtener la mayor rentabilidad por el dinero invertido en un tiempo determinado, mientras más se gane mejor y si el tiempo de espera se reduce, es más gratificante, porque en términos porcentuales la ganancia será mayor.

Son diversas las alternativas que hay en el mercado al momento de realizar una inversión, todo dependerá del perfil del inversionista.

El que es propenso al riesgo, probablemente tendrá mayor orientación a invertir en el mercado accionario en títulos con mayor volatilidad.  Si es una persona adversa al riesgo, enfocará sus inversiones en bonos con una buen cupón, que probablemente generará menor ganancia pero tendrá mayor tranquilidad.

Cualquiera que sea su caso, la estrategia que emplee será la correcta, lo importante es que la seleccionada le permita alcanzar sus objetivos financieros.

Un aspecto importante en la estrategia de inversión que ejecute, es el equilibrio.  Es decir, establecer un plan de acción, ejecutarlo con disciplina, hacer seguimiento y revisar con una cierta frecuencia que esté en el punto que requiere para lograr sus metas.

El equilibrio en las inversiones lo podemos describir como, aquel balance necesario que debe tener entre sus activos para evitar que las fluctuaciones del mercado puedan afectar su patrimonio.  En otras palabras, buscar el punto adecuado entre riesgo y rendimiento de acuerdo al perfil de cada persona.

Normalmente se hacen distribuciones entre acciones y bonos, para conformar un portafolio y el porcentaje de asignación de recursos dependerá del objetivo planteado.

Hay un rango muy común, que va entre un 25% y un 75% del total de los recursos para invertirlos en un determinado sector, si son acciones estaríamos hablando de una estrategia agresiva.  El caso contrario es asignar dentro de este mismo rango porcentual la inversión en bonos, lo que puede considerarse como una estrategia conservadora.  Ambas estrategias son válidas.

Sin embargo hay otra alternativa, muy tradicional y utilizada al principio, que busca disminuir el riesgo de cualquiera de los dos sectores (acciones y bonos) y obtener un buen resultado, que sería asignar un 50% en cada sector, la cual se puede considerar como una estrategia moderada.

Independientemente del grado de diversificación que se pueda tener en cualquiera de los dos sectores, distribuir los recursos en partes iguales, puede ser lo más sensato al principio.  De esta manera se puede tener más margen de maniobra en caso de que existan movimiento bruscos en el mercado y la afectación de las potenciales ganancias pudiera llegar a ser menor.

Esta estrategia puede sonar simple, fácil y hasta básica, pero en realidad requiere un alto nivel de disciplina, análisis y seguimiento, como en cualquier otra estrategia, ya que el nivel de riesgo es menor y por ende el rendimiento.

Ahora bien, ¿Por qué hacerlo de este modo?, porque es importante buscar un equilibrio en las inversiones que se realice, hay que recordar que el mundo de las inversiones y sus resultados es como correr un maratón.  Exige estrategia, concentración, paciencia y saber tener un equilibrio entre las veces que se debe acelerar el paso (acciones) y cuando disminuirlo (bonos) para llegar a la meta (obtener un buen rendimiento con un riesgo determinado).

RDS
@rduartesandoval

octubre 24, 2012

¿Qué haces? y ¿Cómo lo haces?


Estas dos preguntas fueron las que le hizo Chris Gardner a Bob Bridges, un corredor de bolsa quien al responderle, le induce al camino para ingresar al mundo de la bolsa, tal como lo presentaron en la película En Búsqueda de la Felicidad.

Estas interrogantes las podemos utilizar nosotros mismos, con la finalidad de identificar aquellas posible oportunidades existentes y que probablemente no la vemos por estar inmersos en una determinada situación, al plantearlo de esta forma comenzamos a tener otro enfoque el cual generalmente da resultados positivos.

Tenemos distintos ejemplos de personas que logran objetivos y metas financieras, que son similares a las nuestras o las que nosotros aspiramos.  En muchos casos nos sorprendemos en la forma cómo lo han logrado, por supuesto, considerando los buenos ejemplos.

A veces se puede pensar que se trata de suerte, de contar con una base económica sólida o que tuvieron una oportunidad que otros no tienen.  Esto puede ser cierto en algunos casos, sin embargo cada quien se traza un camino para recorrer y es responsable de ejecutarlo de la mejor manera con determinadas acciones que resultan ser más sencillas de lo que uno se imagina.

Con relación al dinero, las inversiones y los negocios, vale la pena plantearse estas dos preguntas, así se iniciará el proceso de generar nuevas ideas que permitan orientar los esfuerzos en el mejor camino, para así lograr los resultados esperados.

El ¿que haces?, va orientado a identificar si las actividades y hábitos que se tienen están alineados con los objetivos que se persiguen.  Si la idea es conformar un fondo de emergencias, ahorrar para la inicial de una vivienda, un carro o montar un negocio. 

Por ejemplo, ¿cuales son las actividades que se están haciendo para lograrlo?, hacer el apartado mensual para el fondo, eliminar algunos hábitos de consumo para destinar esos fondos al ahorro de la inicial, elaborar un plan de negocios para ver si el mismo es factible de montar, etc.

Con relación al ¿cómo lo haces?, ayuda a identificar si el plan de acción que se está haciendo es el más efectivo.  En este caso se puede hacer el apartado mensual para el fondo, pero ¿es fijo el aporte?, ¿se hace todos los meses?, ¿se invierte en algún instrumento o se tiene en una cuenta corriente?, ¿lo ahorrado se destina para emergencias  o se puede utilizar para otra cosa?.

Al hacer estos planteamientos, se puede evaluar si el camino que se está recorriendo es el correcto y el mejor, lo que no significa que sea el más rápido.  Dependiendo del objetivo planteado, se requiere un mayor o menor tiempo para alcanzarlo de manera exitosa.
En el aspecto de las finanzas personales, la disciplina y el tener presente lo que se quiere alcanzar son indispensables para lograr el éxito, por eso plantéese las preguntas y podrá identificar las respuestas que lo ayudaran, como algunas de las siguientes:

¿Qué haces?

Crear un fondo de ahorro,
Disminuir las deudas,
Considerar el riesgo,
Formación financiera continua,
Establecer objetivos progresivos,
Invertir en instrumentos rentables,
Prepararme para un mejor cargo

¿Cómo lo haces?

Contribuir con un porcentaje fijo de todo ingreso que reciba,
Cancelar más del pago mínimo a la tarjeta y no contraer deudas innecesarias,
Diversificar vías de ingresos, contratar pólizas requeridas,
Mantenerse informado y hacer seguimiento a las inversiones,
Enfocarse en el corto plazo que ayuda a alcanzar la meta de largo plazo,
Evaluar riesgo-rendimiento en función al perfil como inversionista,
Tener un mejor desempeño cada día y aprendiendo para ponerlo en práctica.

RDS
@rduartesandoval

octubre 23, 2012

La Zona de Confort


Todas las personas buscan un nivel determinado de comodidad, con el cual se puedan satisfacer las necesidades básicas, sociales, personales, de formación, profesionales y económicas, tanto propias cómo de la familia.

Por esta razón existe el establecimiento de metas y la elaboración de un plan de trabajo para lograr ese nivel de comodidad.  En síntesis, este plan generalmente comienza con la educación básica, luego la profesional, obtener un empleo, conformar una familia, crecer profesionalmente y luego tener una merecida jubilación.

Este plan se cumple en algunos casos y en otros no, esto como consecuencia de diversas razones que se pueden presentar durante el transcurso de la vida, lo que no significa que por no cumplir este orden en todas sus etapas, se haya fracasado. 

Sin embargo, hay un punto en común en todos los casos que se le denomina la Zona de Confort, la cual podemos definir como: Aquel ambiente en el cual la persona se siente segura, lo que le permite desarrollar sus actividades y comportamientos de la mejor manera, sin percibir un nivel de riesgo determinado porque el mismo se considera que “no existe”.

Esta zona abarca todos los aspectos de la vida, incluyendo el financiero.  Desde este punto de vista se pueden destacar varios ejemplos, como:
  • El no cambiar de empleo para no perder la estabilidad que se tiene, a pesar de que se obtenga una mayor remuneración,
  • Querer emprender un proyecto, pero no se hace porque no se está dispuesto a renunciar al empleo, a pesar de contar con recursos económicos suficientes,
  • No estar dispuesto a aceptar una mayor responsabilidad dentro del trabajo actual, por preferir continuar con su tarea actual,
  • No adquirir una hipoteca mayor, porque no es necesario ya que se está conforme con la casa que se tiene,
  • No invertir en instrumentos con mayor rendimiento, por el riesgo que puede representar, entre otros.

Estos ejemplos, así como muchos otros son válidos, pero se debe tener presente que hay ciertas situaciones externas que pueden sacar a la persona de su zona de confort, como es el caso de la pérdida del empleo, una crisis financiera, una crisis del sector en el que se desempeñe y cualquier otro evento que afecte esa “estabilidad y seguridad” que se tiene.

Por estos motivos es necesario estar preparado para experimentar cualquier movimiento de la zona de confort, el cual se puede dar por la vía externa de manera negativa o por motivación propia, lo que implica la disposición permanente al crecimiento.

¿Cómo se puede preparar para moverse de su zona de confort?, aquí le dejamos algunos tips:
  • Crear nuevos hábitos positivos en su vida diaria (de ahorro, inversión y consumo),
  • Cada vez que alcance una meta, establezca una nueva,
  • Identifique aquellos puntos débiles y fortalézcalos,
  • No subestime ninguna situación de su entorno,
  • No piense que algo no le pueda suceder,
  • Conforme un fondo de reserva equivalente entre 6 y 9 meses de sus ingresos,
  • Manténgase actualizado en las tendencias profesionales,
  • Actitud positiva ante las eventualidades,
  • Estar abierto a las nuevas oportunidades,
  • Mantenerse firme en sus metas financieras, profesionales y personales. 

Cuando se está fuera de la zona de confort por razones ajenas a la persona, lo primero que se ve es la parte negativa, sin embargo puede ser la oportunidad de realizar una nueva actividad, emprender una idea de negocio que tenia en mente o conseguir un mejor empleo que le permita alcanzar el estatus financiero que aspira.

Aquí les dejo dos ejemplos, si a J.K. Rowling no hubiese tenido los problemas familiares y de empleo que tuvo, probablemente nunca hubiese escrito Harry Potter.  Si Donald Trump no fuera una persona enfocada en mejorar su zona, no se hubiera recuperado de la quiebra en la que cayó.

RDS
@rduartesandoval
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