Antes
de responder esta pregunta vamos a definir primero el concepto de
portafolio. Generalmente es la
denominación que se le da al conjunto de inversiones que se tiene en
instrumentos de inversión manejados por cuenta propia o por un tercero.
En esta oportunidad no lo limitaremos únicamente a instrumentos de inversión, sino más bien lo vamos a ampliar a todos aquellos activos que generan un rendimiento que contribuye con el crecimiento del patrimonio.
Siendo
así, hay que identificar cuales son aquellos activos que aportan este beneficio
y buscar cuantificar su rendimiento. Por
naturaleza, el primero que se acostumbra listar es la vivienda, si bien es
cierto que contribuye con el patrimonio y puede ser el que aporte el mayor
monto y rendimiento en economías inflacionarias, lo recomendable es no
colocarlo ya que este cubre una necesidad básica y no se va a liquidar una
parte del mismo para realizar la ganancia o cancelar alguna deuda.
Por
lo tanto, lo ideal es identificar aquellos activos que generen algún ingreso,
si se trata de una vivienda que se tiene en alquiler, ese sí se debe colocar,
por ejemplo.
No
hay un número ideal de activos a tener dentro del portafolio, a simple vista se
pudiera decir que mientras más activos se tengan será mejor, lo que es conocido
como la diversificación. Esta estrategia
es buena, siempre y cuando no se atomice mucho la inversión, es decir, se
tengan muchos activos con montos pequeños de inversión.
En
este caso, es mejor focalizar las inversiones con una distribución que usted
pueda atender y entender el negocio en el que está invirtiendo, si son muchas
probablemente alguna se descuida y se corre el riesgo de perder de vista el
desempeño y por ende los resultados pueden no ser favorables.
Lo
ideal es tener un punto intermedio, es decir, realizar una asignación de
activos en distintas áreas con una diversificación prudente, que le permita
tener liquidez, rendimiento y un riesgo controlable.
Como
ejemplo, presentamos la conformación de un portafolio:
Liquidez: