El endeudamiento en el estricto sentido conceptual, es la
suma de una serie de obligaciones que se adquieren por parte de un individuo o
empresa. También lo podemos definir como
el mecanismo que nos permite acceder a bienes que normalmente no se podrían
adquirir si no se contara con esta alternativa.
Por lo tanto, juega un rol fundamental en la economía personal, familiar
y empresarial.
Existen personas que son adversas al endeudamiento, bien sea
porque nunca lo han necesitado, no se atreven a tomarlo o porque cuentan con
los recursos suficientes para gestionar sus planes. Sin embargo, hoy en día, considero que son
pocas las personas que no cuentan con el uso del mismo.
La razón de ello no es más que la consecuencia de las
diferentes ofertas de crédito que tienen como objetivo estimular el consumo
para dinamizar la economía, las oportunidades estacionales para acceder a
préstamos hipotecarios, agrícolas, entre otros y la necesidad de recurrir al
uso de las tarjetas de crédito para adquirir bienes y/o servicios que no son
cubiertos con el ingreso regular. Este
último punto es el más delicado, ya que se estaría utilizando la tarjeta como
una extensión del ingreso y no como un mecanismo de pago.
Ahora bien, es importante tener presente que el
endeudamiento no es malo, todo lo contrario, lo malo es no saber manejar el
nivel de compromiso adquirido.
El endeudamiento es necesario para estimular la economía, ya
que permite a diferentes actores adquirir bienes y servicios con facilidades de
pago, lo que generará incremento en las ventas, mayor producción y por ende se
estimulará la creación de empleos, manteniéndose activado el ciclo económico.
El problema se presenta cuando la capacidad de endeudamiento
que se tiene, es sobrepasada.
En otras
palabras, cuando se debe más de lo que se puede pagar.
Desde el punto de vista teórico es fácil decirlo y pensar
que no se llegará a ese punto también lo es, pero en la práctica la realidad es
otra. Si uno puede comprar algo a
crédito lo hace y más si las cuotas de pago son bajas, en muchos casos lo
último que se mira es la capacidad de endeudamiento.
Por ello, es importante tener presente algunos aspectos para
evitar caer en exposiciones de deuda que puedan comprometer los ingresos
futuros y por ende la estabilidad financiera personal y/o familiar. Aquí dejamos una pequeña lista a considerar:
- Antes de asumir una nueva deuda, piense si el producto o servicio a obtener es requerido en ese momento o puede postergar la decisión de compra.
- Por más pequeña que sea la cuota de pago, no la menosprecie, inclúyala con sus otros compromisos para determinar cual sería el nuevo monto a pagar mensual.
- Pregúntese si lo puede pagar de contado. De ser positiva la respuesta cómprelo, de ser negativa, evalúe su nivel de endeudamiento y compromisos antes de tomar la decisión.
- No crea ciegamente en la rebajas o los financiamientos al cero por ciento, recuerde que nada es gratis.
- Para aprovechar las rebajas y evitar endeudamiento innecesario, adquiera los artículos ofertados de contado, si lo hace con tarjeta de crédito el costo de financiamiento puede resultar mayor que comprar el producto sin rebaja. Esto dependerá del tiempo que se tarde en pagarlo.
- Trate siempre de cumplir con la regla de que el porcentaje que destina al pago de sus compromisos no sea mayor al 30% de sus ingresos. Puede ser difícil, pero sus gastos básicos, el ahorro y la planificación familiar se lo agradecerán.
- Evite el endeudamiento innecesario por consumo, como compras compulsivas con tarjeta de crédito, financiamiento constante de gastos que no se puedan costear de contado.
- Prefiera el endeudamiento que le genere beneficios en el futuro o un buen nivel de satisfacción personal, como por ejemplo un carro, una casa, línea blanca, línea marrón o unas excelentes vacaciones, entre otros.
RDS
@rduartesandoval
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