enero 26, 2011

La Labor del Crédito

Durante los últimos meses hemos visto diferentes situaciones que han afectado el desempeño de la economía tanto a nivel global como a nivel local, desde el inicio de la crisis financiera de los EEUU, las estafas piramidales, la crisis de Grecia, quiebras de bancos, la afectación del Euro frente al Dólar, posibles problemas de Portugal y España entre otros.


Todas estas situaciones podemos atribuirlas a diferentes causas que justifiquen estos lamentables hechos, tales como la falta de regulación, la especulación, la sobrevaloración de precios, carencia de ética o un alto grado de creatividad financiera. Sin embargo, si nos ponemos a detallar todas las situaciones, podemos conseguir un elemento común denominado El Crédito.

Conceptualmente hablando, el crédito es la manifestación de un acto de confianza entre dos partes, en la cual una de ellas entrega un bien o servicio bajo la concesión de un pago que se realizará en un plazo determinado, hasta por un límite previamente establecido en base a algunos criterios de selección, como capacidad de pago, reputación, solvencia y prestigio.

Desde un punto de vista más práctico, el crédito es el medio que comúnmente utilizamos para acceder a muchos bienes y servicios, cuando no contamos con los recursos completos al momento de demandarlos o cuando podemos adquirir un bien que se revalorizará en el tiempo y el costo financiero y capacidad de pago nos lo permite. Por lo tanto, podemos decir que el crédito contribuye con el dinamismo de la economía, la fijación de precios, mejoras en las condiciones de negociación y por ende en los resultados de rentabilidad para ambas partes, tanto el que lo otorga como el que lo recibe.

El crédito es la vía más fácil que se tiene para crecer en un negocio, si queremos aumentar nuestras ventas, lo mejor es comenzar a dar concesiones de pagos a plazo luego de un período de relación a contado. Si queremos obtener una mayor rentabilidad, estimulamos el crédito en vista de que ese precio de venta será más alto por el costo de financiamiento que lleva implícito. Si queremos tener mayor presencia en el mercado, dejamos mercancía a consignación en los establecimientos con la finalidad de que el mismo sea expuesto y por ende vendido. Si los bancos necesitan liquidez (captaciones del público) aumentan la tasa de interés (precio) para obtener más recursos. Si los bancos necesitan ganar más dinero, estimulan la entrega de dinero a través de disminución de tasas en los créditos o promueven el consumo a través de la entrega de tarjetas de crédito de manera masiva entre otros ejemplos más.

Cuando estamos en períodos de expansión económica, generalmente los criterios de selección para el otorgamiento de créditos tienden a ser más laxos, en vista de que se parte del hecho de que dicho crecimiento permitirá el mayor y mejor acceso a bienes y servicios y por ende es la mejor oportunidad de obtener sustanciales ganancias. Cuando nos conseguimos con esta situación, ponderamos un mayor estimulo comercial que de riesgo, ya que si no nos adaptamos a las condiciones de negociación del momento podemos quedarnos fuera del mercado y perder competitividad.

Sin embargo, es importante tener siempre la precaución de evaluar que puede suceder más adelante, no tratando de adivinar el futuro, sino sencillamente previendo cualquier efecto contraproducente que pueda afectar nuestra rentabilidad desde el punto de vista como empresario, consumidor, ahorrista o inversionista.

Debemos tener presente que el crédito no es sólo el simple hecho de acceder a bienes y servicios con un diferimiento de pago, sino también cuando decidimos colocar nuestros recursos en una determinada institución, cuando se adquiere algún producto financiero innovador o la asignación de recursos para un emprendimiento.

RDS
Totalmentefinanzas@gmail.com

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