Todas
las empresas, sin importar el tamaño que tengan, constantemente enfrentan una
serie de retos externos e internos para poder entrar o mantenerse en una
determinada posición en el mercado.
Con
relación a los retos externos como regulaciones, situaciones sistemáticas,
contracción económica u otros, es limitado el margen de acción que se tiene
para controlarlos o evitarlos, por lo cual es necesario establecer lineamientos
estratégicos que permitan neutralizar o disminuir el impacto que puedan causar
sobre el negocio.
En
cuanto a los retos internos, relacionados con gestión, operatividad, manejo de
recursos, entre otros, sí hay un amplio margen de acción que permite ejecutar decisiones
oportunas para superarlos positivamente y así lograr cumplir con los objetivos
propuestos en la planificación de la empresa.
Sin
embargo, es conocido que son muchas las empresas que enfrentan situaciones que
comprometen la continuidad de la misma llevándolas a declararse en quiebra, lo
que es muy común en nuevos negocios durante sus primeros cinco años de
operaciones y que igualmente afecta, en menos proporción, a empresas de larga
trayectoria.
Las
razones de quiebra se pueden identificar en cualquiera de los tres puntos claves
de una empresa, que son el comercial, el financiero y el operativo, los cuales
a su vez convergen en un solo punto que es la Liquidez, la principal razón por
la cual quiebran las empresas.
Desde
el punto de vista comercial la afectación viene dada por fallas en la venta del
producto o servicio, por problemas en los canales de distribución, en la
presentación, en el servicio post-venta, en la atención al cliente y en
desventajas con relación al precio. Todo
esto genera problemas en los ingresos de la empresa lo cual compromete la
operatividad de la misma.
Con
relación al punto de vista financiero, los problemas se pueden originar por aspectos
contables, administrativos y de inversión de la empresa, por los niveles de
endeudamiento, programas de compensación, fallas en la gestión de cobros y en
el proceso de planificación, entro otros aspectos, los cuales si no son bien
manejados comprometerán tarde o temprano la capacidad de la empresa de
mantenerse activa y generar un mayor costo financiero para la continuidad de la
misma, afectando los márgenes de rentabilidad y de disponibilidad de fondos.
Por
parte del punto de vista operativo, si no hay los correspondientes controles y
una adecuada planificación, se puede comprometer el proceso productivo o de
servicio que brinde la empresa, bien sea por un crecimiento que no se maneje
bien o por interrupciones en el proceso o calidad del producto, lo que a la
final va a demandar mayor inversión y cubrir costos operativos que tendrán un
impacto en el flujo de fondos de la compañía.
Todas
las áreas de la empresa o negocio son importantes, sea cual sea el problema que
se presente en alguna de ellas, tendrá un impacto financiero que se traduce en
una afectación del flujo de caja y sin liquidez se compromete la continuidad de
cualquier negocio, por muy sólido, estable y de larga trayectoria que tenga en
el mercado.
RDS
@rduartesandoval
No hay comentarios:
Publicar un comentario