Esta frase generalmente es asociada a la conformación de un grupo de instrumentos que brindan un rendimiento esperado determinado, en función de la composición que se tenga en dicho portafolio, al cual no todos los inversionistas tienen acceso por requerirse altos montos iniciales de inversión y, en algunos casos, un determinado nivel de conocimiento que permita entender las estrategias y decisiones tomadas por quienes los gestionan.
Otro elemento importante a destacar en el tema de portafolio de inversión, es que muchas veces es ofrecido como la alternativa que “garantiza” la mejor relación retorno sobre inversión posible, ya que al diversificar el riesgo las probabilidades de pérdida son mucho menores. Esta aseveración es relativamente cierta o como se dice en economía, “depende”. ¿De qué depende?.. Indaguemos un poco…
Las características básicas de un portafolio de inversión son determinadas por la posición y perfil del propietario de dicho instrumento, o del perfil al que vaya dirigido este vehículo de inversión.
Por lo tanto, podemos decir que existe una amplia gama de portafolios de inversiones que se adaptan a las necesidades de inversión de cada persona y lo que se busca es agruparlos en grandes grupos para poder limitar los tipos de fondos que se ofrecen, con dos extremos completamente opuestos.
En un extremo, conseguimos aquellos que brindan un alto nivel de seguridad por lo cual orientan las inversiones a instrumentos tradicionales de banca (alto porcentaje en ahorros), de empresas de seguros (que brindan una cobertura y un buen rendimiento), bonos públicos (técnicamente de bajo riesgo), entre otras inversiones que dan seguridad y por ende un bajo rendimiento.
En el otro extremo, nos encontramos con fondos más agresivos que por tener una filosofía más especulativa obtienen un mayor rendimiento a través de la inversión en acciones, bonos e instrumentos estructurados sofisticados y a la vez riesgosos. Razón por la cual podemos decir que el retorno esperado será proporcional al grado de riesgo que estamos dispuestos a asumir y el hecho de que se invierta en un portafolio no es sinónimo de que este desaparezca por completo.
Ahora bien, para obtener resultados optimistas y atractivos para nuestras inversiones, debemos realizar movimientos inteligentes que contribuyan al crecimiento de nuestra inversión. Esto lo podemos lograr a través de una gestión activa de nuestros recursos la cual se logra determinando los siguientes siete pasos: Objetivo de inversión, Monto a invertir, Análisis de mercado e instrumentos donde invertir, Tiempo que durará la inversión, Retorno esperado deseado, Nivel de riesgo a asumir y el más importante Seguimiento a las inversiones realizadas.
Si cumplimos con estos pasos obtendremos un portafolio de inversiones acorde con nuestro perfil y con resultados positivos en su gestión, que a la final contribuirá a una apreciación sostenida de nuestros recursos financieros personales.
RDS
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