febrero 18, 2011

Reflexiones sobre la emisión de PDVSA y el entorno

La reciente colocación de los Bonos Amortizables de PDVSA con vencimiento en el año 2022, se puede considerar que fue todo un éxito al observar algunos factores como, la fuerte demanda que tuvo respecto al valor total ofertado, la oportunidad para inversionistas institucionales de adquirir un instrumento que les permita honrar compromisos en moneda extranjera, la oportunidad para inversionistas particulares de adquirir un instrumento de inversión con un buen rendimiento y el obtener moneda extranjera a un valor implícito razonable que dependerá del valor de venta del título.

Ahora se iniciará el proceso de negociación en el mercado secundario de dicho instrumento, ajustándose este a un precio inferior al que fue colocado, producto de la formación de precios originada por las expectativas de todos los inversionistas. En este momento es que comenzamos a comprobar las estimaciones realizadas sobre un precio de salida y evaluar cuando será el mejor momento para vender o quedarse con el bono por un tiempo.

Antes de ejecutar cualquier acción, es recomendable y necesario evaluar tanto el entorno como otros aspectos relativos con el instrumento y el emisor.

PDVSA se ha convertido en un gran emisor de deuda del país, instrumentos que ha colocado de manera satisfactoria desde el año 2007, fecha en la que se realizó la mayor emisión (USD 7.500 MM) y cuyos instrumentos tenían vencimiento en los años 2017, 2027 y 2037 con cupones de 5.25%, 5.375% y 5.50% respectivamente.

Posteriormente en julio 2009 se realizó la emisión del Petrobono 2011 Cero Cupón por USD 1.417 MM. En octubre 2009 la emisión de Petrobonos 2014, 2015 y 2016 por USD 3.261 MM con cupones de 4.90%, 5.00% y 5.125% respectivamente. En octubre de 2010 se colocaron los Bonos Amortizables 2017 por USD 3.000 MM con un cupón de 8.5% y la reciente colocación del Bono Amortizable 2022 por USD 3.000 MM con un cupón de 12.75%, siendo esta la deuda más costosa para la empresa petrolera.

Desde el punto de vista del inversionista, el rendimiento del Bono 2022 es bastante atractivo, obtener un pago de cupón anual al 12,75% en dólares no está nada mal. Sin embargo no debemos perder de vista un axioma fundamental en las finanzas que indica “a mayor riesgo, mayor rendimiento”, sin querer decir con esto que la emisión es riesgosa.

Sin embargo, es importante reflexionar el porqué de un rendimiento tan alto para un emisor que recientemente colocó un bono de similares características con un plazo más corto (5 años menos) a un rendimiento inferior en 425 puntos básicos (4,25%), sin dejar de tomar en cuenta en esta reflexión que, tanto las condiciones del mercado como la de los emisores cambian y por ello varían las tasas que se ofrecen en las colocaciones de instrumentos para que estos sean más atractivos entre los inversionistas.

Precisamente al observar estos cambios, de cara al mercado destaca que los precios internacionales del barril de petróleo han presentado una tendencia alcista, incluso algunos analistas prevén que pueda llegar a niveles de USD 100/barril e incluso superior, lo que indudablemente beneficiaria los ingresos de los países productores y exportadores de petróleo, más de los que ya se han beneficiado. Igualmente se puede esperar un impacto en la economía global por el encarecimiento de algunos productos, servicios y bienes, lo que no es tan positivo.

De cara al emisor es importante tener presente el nuevo enfoque de negocio que tiene la empresa petrolera, que destina una buena parte de sus recursos a proyectos orientados a la labor social, lo que es bastante válido porque se supone que los ingresos percibidos por este concepto deben ser orientados a mejorar la calidad de vida de los venezolanos por distintas vías. Igualmente es necesario e indispensable la reinversión en procesos propios de la industria como exploración, producción y comercialización, que garanticen la sostenibilidad del producto y la fuente de repago de los compromisos adquiridos por las emisiones, lo que hasta los momentos no se pone en duda.

Otro factor a considerar es la reciente declaración por parte de autoridades del gobierno de exhortar a la población al ahorro gasolina. La idea es justa, ya que el alto consumo tiene un impacto ambiental negativo y por ser el precio de gasolina más barato del mundo el consumo puede ser sin medida, ya que no es lo mismo pagar un litro de gasolina a Bs. 0.97 que a precios internacionales Bs. 3.99 aproximadamente al tipo de cambio oficial, este escenario es consecuencia del subsidio que se tiene en el país para este concepto.

Pero más allá de esto hay otras interrogantes que se deben plantear y evaluar, como por ejemplo: ¿La disminución del consumo interno de gasolina generaría una mayor cantidad de producto que se pueda importar a precios internacionales?, ¿Por qué no evaluar un incremento justo del precio interno de la gasolina?, ¿Con esta medida se busca mejorar el flujo de caja de la empresa petrolera?, ¿Cuál es el impacto que están teniendo los compromisos adquiridos de exportación a precios y pagos preferenciales para algunos países, en el flujo de caja de la empresa?, o a pesar de tener las mayores reservas certificadas ¿Cómo está el proceso de exploración y producción que a la final es lo que permite la generación de ingresos?.

Todas estas son interrogantes válidas, enfocadas desde el punto de vista del negocio que nos permiten analizar la garantía de repago de la deuda y la sostenibilidad de la calidad actual de la misma. Precisamente, este enfoque y posibles respuestas son las que influyen y determinan las expectativas de riesgo de los inversionistas para con los instrumentos de valores, que al final son reflejadas en un precio de negociación del título en el mercado secundario.


RDS
Artículo escrito para Aristimuño Herrera & Asociados

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