Por
la importancia que representan estos son dos temas que van de la mano en las
finanzas personales, el primero ayuda a tener un mejor futuro y el segundo es
necesario para poder acceder a algunos bienes y servicios.
No es
fácil lograr un equilibrio entre estos dos temas, sobre todo al considerar factores inflacionarios, oportunidades de conseguir productos a buen precio o por el margen que se tenga de poder adquisitivo, situaciones que pueden desestimular el ahorro, incentivar el consumo e incrementar el nivel de
endeudamiento.
Tanto
el ahorro como las deudas son necesarios y no se puede eliminar ninguno de los
dos, por lo que se hace importante saber administrarlos durante el tiempo,
buscando obtener el mejor beneficio de cada uno.
La
combinación entre ingresos y egresos generará un resultado neto que permitirá
ahorrar o exigirá endeudamiento. En la
mayoría de los casos la segunda opción es la que prevalece, esto como
consecuencia de los hábitos de consumo que se tienen y también se puede decir
por lo difícil que puede ser el tener una adecuada planificación financiera
familiar o personal.
Generalmente
una vez que se recibe una cierta cantidad de dinero extra, este monto se puede destinar
al pago total de las deudas, lo que es positivo si se tiene un control
posterior del manejo de los recursos, ya que esta decisión disminuye o elimina
deudas pero también afecta la disponibilidad de dinero (liquidez), por lo que
volver a contraer deudas es altamente factible y por lo tanto se estaría en la
posición inicial.
Otras
dos situaciones que se pueden presentar son
destinar esos ingresos totales al
consumo o al ahorro y no atender las deudas, lo que puede ser contraproducente
si se hace sin una previa evaluación de la situación.
Para
evitar esto es importante considerar las condiciones tanto de las deudas, los
ahorros y de los futuros ingresos, lo que se traduce en realizar una pequeña
planificación financiera.
Antes
de cancelar todas las deudas que el monto percibido permita, se debe verificar
la tasa de interés que se paga y compararla
con la tasa de interés del producto donde pueda ahorrar el dinero.
Si la
tasa en tarjetas es del 14% anual, por una deuda de USD 10.000 se pagará USD 1.400 al año en intereses. Mientras que si se
coloca en un instrumento a plazo al 2,50%, por ejemplo, se percibirá una ganancia de USD 250, lo que genera un gasto adicional de USD 1.150 por pago de intereses, más
el efecto inflacionario.
Partiendo
de este ejemplo, lo natural sería eliminar la deuda y no ahorrar el dinero, de
esta manera se evita el gasto de pagar USD 1.150 al año por concepto de
intereses, pero hay que tener presente que sólo será válido si no se vuelve a
endeudar en la misma proporción.
Si los
ingresos son constantes y el endeudamiento es bajo y este obedece a la compra
de productos de largo plazo, los cuales tienen una apreciación del valor en el
tiempo, se pueden realizar amortizaciones mensuales a la deuda y así se podrá
disponer de recursos para el ahorro que se convertirán en una futura inversión.
En
caso de que la deuda sea por consumos mensuales que no se pueden cubrir con el
ingreso actual, es necesario revisar los hábitos de consumo, recortar gastos,
aprovechar programas de afiliación para adquirir determinados productos y
buscar la generación de nuevos ingresos, que permitan gradualmente mejorar la
posición financiera.
El
efecto de la inflación influye igualmente tanto en el ingreso como en las
deudas, por lo cual tener deudas buenas, con un adecuado nivel de endeudamiento
con fuentes de ingreso estables, permitirá disminuirlas y acumular recursos
para el futuro.
RDS
@rduartesandoval
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