La
productividad laboral es la base del desarrollo de todo negocio, los
empresarios exigen cada día un mayor nivel de productividad para poder lograr
los números requeridos para la empresa.
Desde
el punto de vista de los colaboradores, estos se esfuerzan por mantener un
adecuado nivel de productividad que les permita alcanzar las metas
establecidas, obtener los beneficios económicos correspondientes y por ende la
estabilidad laboral necesaria, la cual hoy en día en muchos casos es una gran
incertidumbre por el entorno económico que se vive.
El
objetivo del empresario es obtener un beneficio económico de la gestión
realizada, por ello se buscan diferentes alternativas que permitan incrementar
la productividad sin que los costos aumenten en igual proporción, por esa razón
se simplifican procesos en base a la automatización, en otros casos se hacen
fuertes recortes de personal, lo cual es bien visto por analistas e
inversionistas en otras economías como sinónimo de disminución de pasivos
laborales, lo que generará un mayor beneficio en el futuro.
Algunas economías protegen el empleo a través de la inamovilidad laboral, lo que puede
ser una buena estrategia en un momento, pero esta no es sostenible en el
tiempo, porque lo que se logra es desestimular la productividad ya que el
trabajo estará “garantizado” sin tener que realizar un mayor esfuerzo, por lo
tanto los niveles de competitividad disminuyen.
Es
importante no confundir la productividad con el exceso de trabajo, ya que en un
principio pudiera asociarse positivamente pero a la larga sucede todo lo
contrario.
En
muchas empresas se conforman equipos profesionales costosos en términos de
pasivos laborales, con el fundamento de que se obtendrán altos niveles de productividad
por el logro de las metas. Sin embargo, hay una probabilidad de que estas no se
cumplan en el tiempo establecido como consecuencia de la falta de una adecuada planificación estratégica o el
incumplimiento de las actividades propuestas por errores de gerencia o liderazgo inadecuado, entre otros factores.
Una
situación que es muy común, producto de una inadecuada gerencia, es pensar que
porque un empleado o equipo trabaje jornadas extensas, es sinónimo de
productividad, lo que es completamente errado.
Lo
primero que se debe hacer es revisar si la carga de trabajo es la adecuada, si
la asignación de tareas y responsabilidades se hace al personal idóneo, ya que
por reducir costos a veces se concentran diversas tareas en pocas personas, o verificar
si el personal o equipo destina horas laborales en otras actividades que no son
propias del negocio, entre otras razones.
Para
que se de un buen nivel de productividad laboral, desde la gerencia se deben
establecer lineamientos que permitan a los colaboradores sentirse identificados,
estimulados y cómodos con sus actividades y funciones, con la finalidad de que
los resultados sean los esperados tanto para la empresa como para el equipo,
cuando estas no se cumplan, evaluar las causas y corregirlas.
Hoy
en día es muy común trabajar bajo un ambiente de presión, debido a todos los
factores que hay en el entorno. Sin
embargo, es importante aprender a manejar estas situaciones, saber gestionar el
tiempo dedicado a cada actividad, establecer prioridades, contar con disciplina
y alinear objetivos propios con lo de la organización en la cual se desempeña
para lograr resultados positivos.
Para
poder obtener altos niveles de productividad laboral, debe haber un trabajo
reciproco entre la gerencia y los colaboradores.
RDS
@rduartesandoval
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